Tras el éxito de los dos primeros años, comprendimos que con la tercera edición del festival debíamos hacer una reestilización y cambio de imagen para poder expresar claramente nuestros objetivos.
Con la simbología del lince ibérico, queremos transmitir no solamente la singularidad y originalidad del cine español, sino también reflejar la agudeza visual y el ingenio de los artistas que captan diversas realidades en las películas presentadas. Así pues, haciendo una relación con la expresión “tener vista de lince”, queremos dar a entender la analogía con la buena vista o capacidad de encontrar fácilmente historias que contar.
Por otro lado tuvimos en cuenta el origen de la palabra “lince” en la mitología griega y la figura de “Linceo”, héroe del mito de “Jasón y los Argonautas”. Se decía que “Linceo” tenía una vista prodigiosa capaz de ver a través de los objetos, por lo tanto y derivado del latín, el animal recibe este nombre por su mirada tan brillante y penetrante. ¿Y que otra cosa es el cine, sino penetrar en espacios, llegar a lugares distantes o ver a través de objetos y las paredes? Ese es el ojo de nuestro lince también, a través del cual se pueden ver muchas cosas.
La última idea que tuvimos en cuenta al poner el ojo del lince con un símbolo de reproducir o ”Play” se debe al reconocimiento y aceptación de la transformación del cine analógico en digital. Siendo visionarios y aceptando, pues, que prácticamente en cualquier aparato electrónico solo hace falta apretar el botón con tal símbolo para empezar a reproducir o ver una película, dimos esta forma para que el observador comprenda que solo hace falta la acción de pulsar o acercarse para poder ver algo moderno, novedoso e interesante.